lunes, mayo 15, 2006

La estatua del encierro.



El autor planteó la obra sin buscar la polémica y confió en que guste a la ciudad
Incluyó a Julen Madina y a Pérez Cabañas sin que ellos lo supieran, y añadió que la pieza la terminará en mes y medio.
Diario de Noticias


Modificar el monumento al encierro costará al escultor Rafael Huerta unas 150 horas de trabajo, lo que le supone hacer de nuevo dos retratos para sustituir las cabezas de Julen Madina y el concejal Ignacio Pérez Cabañas de la obra, que, según aseguró, "estaba ya concluida". Un trabajo extra que asumirá ya en los próximos días y que calcula esté terminado en el plazo de mes y medio. El artista compareció ayer en rueda de prensa junto con el concejal de Cultura, Ignacio Pérez Cabañas. Por la mañana, ambos estuvieron en la fundición de Eibar viendo la obra, donde Pérez Cabañas reconoció con exactitud las figuras de Julen Madina, del escultor y la suya propia, de la que dijo: "Me ha quitado 20 años, no tengo arrugas y me ha operado de la vista".
El escultor se mostró ayer abatido por la polémica suscitada con su obra, un trabajo que calificó como "la ilusión de mi vida artística". Así, señaló que si hubiera sospechado que al incluir a Pérez Cabañas y a Julen Madina en la obra iba a generar "esta controversia", no lo hubiera hecho: "Estoy abatido. Nunca nadie me ha dicho lo que tengo que hacer o no hacer, pero a mis 76 años uno tiene que aceptar las cosas", señaló.
Respecto a la utilización de caras conocidas en la obra, aseguró que lo hizo a través de fotografías y precisó que a Julen Madina lo conoció hace dos días: "Vino a la fundición a ver la obra, porque había oído que iba a ser desmontada y me sorprendió gratamente", dijo y añadió que se inspiró en él para "dar variedad a la obra" y porque sabía "lo mucho que ha hecho por el encierro", por lo que "no comprendo por qué hay ese recelo con él". Sobre Pérez Cabañas, indicó que al incluirle en la obra "en mi ánimo no había otra cosa que premiarle" y "darle una sorpresa", porque "tengo mucho que agredecerle", en el sentido de que "él ha confiado en mi obra". Indicó que el edil, en sus visitas a la fundición, "no tuvo ocasión de verse porque yo me preocupaba de que no pudiera". Tras concluir las modificaciones, que valoró en unos 7.200 euros, Huerta dijo que "me quedará un pequeño beneficio", ya que el trabajo del encierro cuesta más del doble de lo que él pactó con el Consistorio (661.113 euros), porque "es un regalo" que quiso hacer a Pamplona.
El concejal de Cultura Ignacio Pérez Cabañas quiso ya "dar carpetazo" a este asunto, porque "no ha habido ninguna mala intención", y dijo que no hablará más del asunto porque "la obra ya hablará por sí sola cuando esté terminada". En este sentido, confió en que "va a ser un monumento bellísimo, espectacular y emblemático para Pamplona" y este asunto "se quedará en una anécdota". Sí, en cambio, tuvo palabras contra los grupos de la oposición: "Admitiré la crítica política, pero nunca admitiré la descalificación personal", por lo que, según añadió, "exijo una rectificación pública de su actitud vil y rastrera". Subrayó que desde que se encargó la obra ha realizado "un seguimiento exhaustivo", pero las dos últimas figuras "no las había visto porque Rafael quería darme una sorpresa".
Su compañero de CDN Luis Ibero fue más crítico con los grupos. Respecto a PSN dijo que con sus declaraciones "ha demostrado que no tiene categoría para estar en el Ayuntamiento", y criticó también a EA por "la triste utilización" que ha hecho de este asunto.